Pregunta: ¿Cuánto cuesta un SOFTWARE CRM? Respuesta: depende
El coste de implantar un software CRM variará en función de los elementos que definen la necesidad. Algunos elementos son: tipo de organización, alcance mínimo necesario, cantidad de empleados involucrados y nivel de formación que requieran los usuarios, por mencionar unos pocos.
Influirá también en el coste la estrategia de la solución. Algunas opciones son: desarrollo interno, la adquisición de un sistema a un tercero o la contratación de un servicio en la nube (clouding).
A las 14:24 del 20 de agosto de 2008, a escasos segundos del despegue, una gran bola de fuego marcaba el fin del vuelo JK5022 de Spanair. De los 172 pasajeros que viajaban en el MD-82 sobrevivieron con dificultad 18. Fue el peor accidente aéreo en España en 25 años. Casi 3 años después del siniestro la CIAIAC publicaba su informe en el que, palabras más palabras menos, concluían que 154 personas murieron debido a que la tripulación olvidó colocar los “flaps” en la posición correcta para el despegue.
¿Dejaría la Aviación Civil un elemento tan crítico a la merced de la falible memoria humana? Obviamente no…para evitarlo establece rigurosos procedimientos y cuentan con una alarma electrónica.
Horas después del fallecimiento de Steve Jobs, Twitter fue inundado por referencias a las tres manzanas que han cambiado el mundo: la que se comió Eva en el Edén, la que inspiró a Newton en el desarrollo de su teoría gravitacional y la que fundó Jobs en un garaje: Apple.
A diferencia de las otras dos, Apple no existía. Fue creada por Jobs. Materializó en esa compañía el instrumento a través del cual millones de personas literalmente compraríamos su visión. Ahora a muchos nos invade la duda: ¿puede Apple sin su fundador visionario seguir siendo la manzana de cambio que ha sido hasta ahora?
El tiempo de respuesta ideal es de 0,3 segundos. 0,3 segundos es el tiempo por debajo del cual el ser humano percibe una respuesta como instantánea. Por encima de ese tiempo, por pequeño que sea, percibimos alguna dilación. Si absolutamente todas nuestras acciones sobre un ordenador tardaran 0,3 segundos o menos en dar el resultado esperado, percibiríamos una respuesta instantánea a todo. Ya no haría falta un ordenador más rápido ni una aplicación más eficiente. Obviamente esto es una situación ideal e inalcanzable.
Se acaban de cumplir 30 años del lanzamiento del primer ordenador personal de IBM. Se sigue cumpliendo la “ley de Moore” – se duplica la capacidad de proceso cada 18 meses – sin embargo no parece que nos estemos acercando mucho a la situación ideal descrita arriba.
Para poner esto en perspectiva ubiquémonos por un momento en 1981. Pulsamos la tecla de retorno en el ordenador para iniciar un cálculo numérico muy complejo. Volvemos a los 3 días y medio, esperamos 3 horas más y vemos que aparece en la pantalla la respuesta. Ha tardado 87 horas. Ahora trasladémonos al año 2011. Hacemos lo mismo en un ordenador de última generación y obtendríamos la respuesta en lo que percibimos como instantáneo, en menos de 0,3 segundos.
Centrarnos en la funcionalidad de un software es insuficiente. Debemos también medir su usabilidad.
Cuando decidimos sobre cuál es el mejor sistema para nuestra organización, otorgamos mucho valor a la funcionalidad: lo que hace el producto. Establecemos, por un lado una lista de funciones de negocio y por otro, listas de capacidades para cada producto evaluado. Dentro de los límites presupuestarios que nos hemos establecido, seleccionamos el producto con las capacidades que mejor solapen las funciones de negocio.
Esto pudo haber sido suficiente en el pasado, cuando la mayoría de los sistemas atendían procesos internos de la organización, cuando el tiempo se medía en meses y cuando los usuarios usaban la tecnología principalmente en sus horas laborables. Actualmente este enfoque es insuficiente y pone en riesgo los proyectos tecnológicos, especialmente los que implican soluciones CRM.